lunes, 27 de febrero de 2012

COMO LAS COMPUTADORAS REEMPLAZARAN A LOS PROFESIONALES

José llegó a su consulta médica a tiempo. Era importante la puntualidad para no recibir una multa de diez creditos por llegar tarde. Dejó que el escaner de retina lo identificara y se sentó cómodamente en la vacía sala de espera. A la hora exacta de su cita, se encendió una luz verde en la puerta e ingresó al consultorio. Se sentó en la silla-escaner y esperó unos segundos, mientras luces multicolores le recorrían el cuerpo. Recordó que su abuelo le contaba historias de que, antes, esa tarea la hacía un ser humano calificado que, incluso, le "tocaba" para poder realizar el diagnóstico. Su padre recordaba la época en que estos profesionales fueron reemplazados por computadoras y enfermeras auxiliares que ingresaban los datos.

Finalizado el escaner, del monitor enfrente de él, salió una voz haciéndole preguntas que respondió a pesar de saber que no eran registradas en ninguna parte y que eran una costumbre remanente de los viejos tiempos. Inmediatamente, escuchó como las píldoras caían dentro del frasco ubicado detrás de un panel de acrílico que se abrió cuando la operación estuvo completada.

En menos de diez minutos había sido escaneado, diagnosticado y medicado y toda esa maravilla estaba cubierta por su plan medico de sólo trescientos creditos al mes.

Mientras se felicitaba por ser un ciudadano ejemplar con todos los beneficios, subió al autobus comunal que lo llevaba a su trabajo. Ser un ciudadano ejemplar era importantisimo pues le hacía acreedor a todos los beneficios sociales que incluían la educación de sus hijos. Así Manuel, el mayor, se había recibido de Ingeniero en Tornillería y Amanda de Doctora en Llenado de Planillas de Impuestos.

Su hermano Enrique, en cambio, estaba en una granja de re-educación. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de él. A estas granjas iban las personas con comportamiento anti-social. En el caso de Enrique, su mal hábito consistía en hacer preguntas inconvenientes a la gente. Una vez le había inquirido a él mismo si tenía idea de adónde iban los trescientos créditos de su seguro médico, habida cuenta de que los médicos ya no existían...

Este breve y angustioso cuento no es una fantasía de ciencia-ficción. Estamos a medio camino de que se convierta en realidad. Pronto todas las profesiones serán reemplazadas por software y ordenadores. No serán más necesarias las universidades tal como las conocemos hoy en día, excepto unas pocas, accesibles sólo a personas elegidas, que serán las que adquieran los conocimientos para crear el software...

Las nuevas universidades enseñarán profesiones como tornilleria, fabricacion manual de chips, torneado de capsulas para medicinas y otras piezas; proveyendo de conocimientos que no serán suficientes para saber a qué maquina finalmente irán destinados los subproductos...

Probablemente esto implica una reducción de los puestos de trabajo, pero también es predecible una reducción del número de seres humanos que habiten el planeta, habida cuenta de que se habrán disminuido las tasas de natalidad con diversos métodos científicos como rociado químico de las ciudades, alimentos tratados especialmente y vacunaciones fatulas.

El avance tecnológico tiene un precio, sobre todo cuando ignoramos adónde nos lleva, cuando no nos preguntamos nada, cuando no nos interesa saber si la vacuna que ponemos a nuestros hijos sirve realmente para algo, ni por que se estan haciendo explotaciones de oro a cielo abierto (destruyendo ecosistemas completos), ni adonde va nuestro dinero y nuestros impuestos.

La idea es consumir más y más, e ignorar más y más, para no caer en la angustia de saber que no tenemos libertad, ni salud, ni vida...


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